La seguridad de los clientes es una de las cosas más importantes por las que debe velar una empresa. Es que, cada vez más, los fraudes y delitos informáticos son un peligro. ¿El secreto? Ofrecer un proceso fuerte en autenticación y validación de los datos personales y de acceso. La herramienta: el token.
Cuando hablamos de seguridad digital hablamos, es imposible no pensar en el token. Hoy en día existen múltiples alternativas de tokenización y autenticación de identidad que van de la mano de la biometría y el soft token, por ejemplo.
Pero hay que comprender de qué trata. En este artículo te explicamos más sobre el token de seguridad y su utilidad.
¿Qué es un token?
El token de seguridad es un dispositivo electrónico que se encarga de crear una clave de 6 dígitos de forma aleatoria y es irremplazable.
Son dispositivos de seguridad adicionales para las transacciones en internet, ya que refuerzan y agilizan la autenticación en servicios que requieren contraseñas, PINs o firmas digitales. Por ejemplo, es común verlos al momento de realizar transferencias bancarias a través del homebanking o de las apps, con el objetivo de verificar la identidad de la persona que realiza la acción. Cabe destacar que se actualiza cada 60 segundos, generalmente.
Con el token, las posibilidades de fraude disminuyen significativamente, ya que supone una clave adicional por transacción que, a diferencia de las contraseñas tradicionales, no pueden caer en manos equivocadas: la validez de la información que produce se pierde en pocos segundos, protegiendo los datos críticos.
No tiene mucho sentido hablar de la diferencia entre token y criptomoneda, ya que el token criptográfico al que se refiere habitualmente en el entorno blockchain es distinto a un token de seguridad, si bien ambos funcionan bajo lógicas algorítmicas.
¿Cómo funciona?
Al momento de activar el token, éste se sincroniza con el sistema de la organización en cuestión. Por ejemplo, del banco. Automáticamente se genera una clave de rápida caducidad que puede aparecer en la misma plataforma o ser enviada a un medio de contacto del cliente, como una casilla de mail o una aplicación de mensajería instantánea (según sea configurado previamente).
Una vez que el token está activo, sigue un algoritmo, una serie de instrucciones lógicas para enviar información al sistema cuando éste se la solicite.
Lo que hace el token es calcular una clave que es válida en un momento determinado, y cuando la envía al sistema la compara con las posibilidades lógicas de la clave. Para el usuario es solo ingresa la serie de número para confirmar ser quien dice ser.
Entre los beneficios de ofrecer tokens de seguridad a los clientes están:
- Minimizar significativamente el riesgo de fraudes y otros delitos informáticos
- Contar con dispositivo de seguridad adicional sin costo ni cuota de manejo
- Reforzar la seguridad con una herramienta fácil de utilizar
Tipos de token de seguridad
Existen dos tipos de token:
- Token físico. De los primeros en surgir, consisten en un dispositivo pequeño, usualmente del tamaño de un llavero, que se sincroniza con el sistema de la organización. El funcionamiento es igualmente la generación de una clave de 6 dígitos. Generalmente son USBs que almacenan contraseñas y certificados, así como la identidad digital de un usuario.
- Token virtual. Los más populares en tiempos de digitalidad, consisten en programas informáticos integrados a las aplicaciones móviles y sitios web de, por ejemplo, los bancos. Una vez que el dispositivo está vinculado se tiene acceso al token y basta con solicitar la clave de acceso al hacer una transacción para que se cree de la misma forma que en un token físico. Suelen ser conocidos como One Time Password (OTP).
Contar con herramientas de seguridad adicionales es importante para aumentar la tranquilidad y la confianza tanto en los clientes como en la misma empresa, sabiendo que las transacciones están protegidas. El token es ideal para esto.