La copa del mundo está por iniciar y vale mucho la pena repasar las mejores historias y actuaciones del torneo de selecciones más importantes del mundo, que tiene momentos inolvidables en todas las ediciones que se han realizado.
En el 86 Diego Armando Maradona sorprendió al mundo con un nivel impresionante, él solo se echó el equipo al hombro y ganó un trofeo con una selección fuertemente criticada y que en su país no pensaban que siquiera pasaban la primera ronda.
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¿La actuación de Maradona en México 86 ha sido la mejor de la historia? Hay argumentos para creer que lo que hizo el argentino en suelo azteca, ha sido histórica y quizá inigualable.
La Previa fue mala.
Argentina calificó al mundial de México generando muchas dudas. La prensa no confiaba nada en el equipo y Maradona era protagonista de una pelea muy pública con Passarella por la capitanía del equipo.
El país estaba dividido en dos. Los que creían que Maradona y el proyecto de Bilardo no iba a ningún lado y los que confiaban ciegamente. Dentro del equipo usaron esas críticas para motivarse y tratar de hacer el mejor papel posible. Tampoco tenían mucha confianza, pero Maradona tenía un plan.
Grupo complicado
El sorteo los acomodó con el campeón del mundo, Corea del Sur y con Bulgaria. Todos ellos representaban una amenaza, en especial Italia, que quería defender su título. Maradona se preparó como nunca, venía en buen nivel y era una oportunidad perfecta para ganar el campeonato que se le escapó en el 78, cuando Menotti no lo convocó.
El equipo era serio, pero estaba lejos de ser una Argentina fuerte. Bilardo convocó a gente que conocía y a muchos no les gustaba su selección de jugadores. El capitán del 78 estaba en el equipo, pero, aunque jugaba, no era del agrado del técnico. Todo debía de pasar por Maradona
Argentina 3-1 Corea del Sur
El 2 de junio en el Estadio Olímpico Universitario Argentina saltaba a la cancha sin Daniel Passarella que sufría una infección estomacal y le dejaba su lugar al muy criticado José Luis Brown, que militaba en segunda división. Todo empezaba con mucho pesimismo.
Los coreanos eran fuerte y algo sucios, su objetivo era parar a Maradona como fuera. Diego estaba acostumbrado a recibir patadas desde el potrero, y esperaba un duro choque. Él “Diez” de inmediato se dio a la tarea a derrumbar el muro coreano.
La atención estaba sobre él y su inteligencia hacía que fueran sus, Argentina ganaba el primer encuentro con un Maradona en estado de gracia. Era imparable y el equipo se veía muy ordenado.
Italia 1-1 Argentina
La primera prueba seria del equipo. El campeón del mundo necesitaba ganar por el empate contra Bulgaria en el partido inaugural. Al minuto 6 penal contra la albiceleste que tenía que remontar el partido si no quería que se le complicara el partido.
Maradona de inmediato empezó a tomar la pelota y como si estuviera en el Nápoles, era el eje de su equipo contra jugadores que conocía bien, pues lo veía cada semana en la Serie A la que ya dominaba y era el mejor jugador.
Al 34 anotó su primer gol del torneo y fue una pintura. En un remate imposible le cruzó la pelota a Galli, después de ganarle la carrera al central. Empató el partido y lo gritó como nunca. Para él una anotación más, pero los que estaban en Puebla ese día, vieron uno de los mejores goles de primera fase. No había manera que el balón entrara, pero Diego y la redonda tenían una relación especial.
No hubo victoria, pero se aseguraba un lugar en octavos de final.
Argentina 2-0 Bulgaria
Tercer partido y se necesitaba ganar para asegurar el primer lugar de sector y conseguir quizá un rival más a modo para los octavos. Los búlgaros eran un equipo fuerte y bastante equilibrado que tenía dos empates y no podía perder, porque si lo hacía había que esperar que pasara en el otro partido.
Discreto partido de Maradona que siempre fue de Maradona, pero erró pases y no estaba tan fino. Aun así, sirvió una asistencia para Burruchaga en una genial jugada individual y un centro preciso. Sirvió para dar calma y pasar sin problemas a octavos de final.
A medio gas, Diego demostró que era el mejor del mundo. ¿Qué pasaría si se empleara a fondo? Se pensó en el mundo. Había un sentimiento de que algo extraordinario podía pasar.
Argentina 1-0 Uruguay
El destino quiso que el clásico de río de la plata se jugara en el estadio Cuauhtémoc de Puebla. Una rivalidad histórica y la final del primer mundial, se trasladaría a México y solo uno podría avanzar a cuartos.
Los dos se conocían perfectamente y el duro juego de los uruguayos secó a Maradona en números, pero el partido que hizo fue más allá de goles y asistencias. Sacrificio y muchísima lucha fueron las constantes de un juego ejemplar de Diego.
No tenía que anotar o asistir para que ganara el equipo, como capitán demostró liderazgo. Aparte cada que le daban la pelota, dibujaba pinturas impresionantes y jugadas majestuosas que al final sus compañeros pudieron concretar para darle el paso a cuartos.
Argentina 2-1 Inglaterra
Si el destino puso a un clásico rival en octavos, ahora les tenía una sorpresa mayor en cuartos. Con la guerra de las Malvinas reciente, Argentina necesitaba una alegría para su pueblo. Maradona ese día tocó el cielo y se convirtió en D10S.
Dos goles históricos en minutos. El primero con la mano. Un mal pase de Valdano y el colmillo de Maradona vencieron a Shilton con un poco de la cabeza de Diego y un poco con la mano de Dios, como dijo Maradona después.
El segundo gol es irreal, el mejor gol de la historia. Tomó la pelota detrás del medio campo y arrancó. Un barrilete cósmico que era imparable, dejó en el camino a todos los ingleses que solo le vieron el número, para después recortar a Shilton y empujar la pelota al marco sur del Estadio Azteca. El gol de todos los tiempos.
Lineker acortó distancias y Brown salvó con la nuca, pero eso es anecdótico. La tarde del 16 de junio de 1986 en el pasto del Estadio Azteca se había visto algo mágico. Maradona había prendido el acelerador.
Argentina 2-0 Bélgica
Dos goles contra Inglaterra, dos goles históricos. El mundo ya estaba enterado que Maradona había prendido la máquina y que era posible que nadie lo pagaría, Bélgica había llegado a semis sorprendiendo a todos, y quería eliminar a la albiceleste y seguir siendo el caballo negro.
Otros dos goles. Cuatro anotaciones en dos partidos, todos bellos. Maradona había encontrado otra velocidad, otro ritmo, jugaba a otra cosa. El primero es un sutil toque a la salida de Pfaff y entre dos defensores. Imposible de explicar.
Si el segundo contra Inglaterra no hubiera ocurrido, este hubiera tomado su lugar sin lugar a dudas. En una carrera Maradoniana, venció a la defensa y al portero belgas y le dio el pase a la final a Argentina. Él solo decidió que Argentina debía de estar disputando el título del mundo en la Ciudad de México.
Argentina 3-2 Alemania
Alemania el rival. En papel, los teutones eran mejores, pero no tenían a Maradona. Esto se sabía desde Berlín a la Pampa. Si la Mannschaft quería ganar su tercer título mundial, había que secar completamente a Maradona.
Diego dio un juegazo, pero a esto se le agregó que sus compañeros, inspirados por su capitán, elevaron el nivel. Dos a cero con goles de Brown, que silenciaba a los que no querían que fuera, y Valdano con un gol que gritó como nunca. El equipo demostró que no todo era Maradona, pero faltaba la firma del artista.
Alemania lo empató y el partido se puso complicado. Argentina no lo podía creer y empezaron las dudas. Diego pidió calma, él sabía que su momento había llegado y que necesitaba un espacio para poder decidir el partido.
Eso pasó. Al minuto 84, con un paso de baile digno de bailarín del Bolshoi, cacheteó la pelota en un espacio milimétrico para dejar solo a Burruchaga que venció a Schumacher.
Argentina era campeón del mundo y Maradona el mejor del planeta.
5 goles, 5 asistencias, 27 ocasiones generadas, 85% de efectividad en pase y 89% de participación en las acciones ofensivas del equipo. Esta es la mejor actuación de un jugador en una copa del mundo.