La digitalización y el auge de internet ha supuesto en la sociedad una revolución tecnológica sin precedentes. Sin embargo, de la mano de cantidad de beneficios que esta transformación ha traído consigo, una nueva forma de delinquir amenaza ahora a toda corporación, empresa e institución que no se haya quedado anclada en el pasado. Para tratar de dar esquinazo a los ciberdelincuentes y reparar las actividades nocivas que estos llegan a consumar, los bootcamps en ciberseguridad y hacking ético son clave. En estas escuelas tecnológicas es donde se forman los profesionales que protegerán en la red aquellos productos que pertenecen a quienes los contratan. Actualmente, aun no existe un gran número de personas con las habilidades necesarias para desenvolverse en estas funciones, por lo que los bootcamps proporcionan, además, satisfactorias oportunidades laborales para quienes acuden a ellos con la expectativa de dar el salto a una profesión nacida en el siglo XXI.
Un bootcamp en ciberseguridad es el centro que proporciona formación intensiva para aquellas personas que pretenden dedicarse profesionalmente a una disciplina que, por suerte o por desgracia, continuará en auge durante mucho tiempo. Los delitos en la red son una constante cada día y prueba de ello es, por ejemplo, el ciberataque que la comunidad autónoma de Navarra sufrió este año en el mes de mayo. La ANIMSA (Asociación Navarra de Informática Municipal) reconoció que este problema hizo que 137 ayuntamientos en la región no pudieran acceder con seguridad a sus sistemas informáticos, lo que supuso que se tuviera que volver a trabajar a la vieja usanza: con papel y bolígrafo.
Al parecer, el ataque que puso en jaque la ciberseguridad de más del 65% de la comunidad fue un ransomware proveniente de Europa del este, concretamente de Lituania. Como se da a conocer durante la formación que se imparte en los bootcamps en ciberseguridad, este programa dañino provoca sobre quien se efectúa el ataque, una caída en los servicios de páginas webs, sedes electrónicas y correos institucionales. Intentar prevenir estos ataques y, llegado el momento, ser capaz de solventarlos con la máxima destreza y premura, es lo que una organización busca cuando contrata a un hacker ético o experto en ciberseguridad.
Así como un programador se forma en un bootcamp en desarrollo web, aquellos que vigilarán y protegerán los intereses en internet lo hacen en las escuelas que combaten los delitos informáticos: los botcamps en ciberseguridad. A través de estos cursos intensivos, en los que no es necesaria una titulación previa de ningún tipo, cualquiera que se lo proponga puede dar el salto al campo de la ciberseguridad en un periodo de formación de únicamente 14 semanas. Los bootcamps son el lugar donde aprender de cero de forma práctica e intensiva para, después de finalizar su periplo en él, poder lanzarse a formar parte de una empresa como profesional junior. Y partir de ahí, seguir creciendo mediante los retos que suponen el día de día en la profesión.