A pesar de que las gafas son el método de corrección visual más utilizado (25 millones de personas en España), no es la alternativa más adecuada para todos. En el caso de los niños, por ejemplo, resulta una opción limitante a la hora de desarrollar muchas de sus actividades, además de que no frena el desarrollo de la miopía. Por esta razón, cada vez son más los padres que eligen las lentes de contacto y otras alternativas para cuidar de la salud visual de sus hijos.
¿Pueden utilizar los niños lentes de contacto?
Aunque no es habitual ofrecer esta opción de tratamiento para corregir los errores refractivos cuando se trata de los niños, según el estudio elaborado por el Colegio de Optometría de Ohio, la Facultad de Optometría de Nueva Inglaterra y la Escuela de optometría de la Universidad de Houston, “Contact Lenses in Pediatrics (CLIP)”, los niños se adaptan fisiológicamente a las lentes de contacto de forma similar a los adolescentes y son capaces de cuidar de manera adecuada de las lentillas. Los menores entre 8 y 12 años que participaron en el estudio necesitaron un tiempo adicional de apenas 10 minutos, que se emplearon principalmente en explicarles cómo insertar y extraer las lentes.
Una de las principales dudas que tienen la mayoría de los padres es “¿Con cuántos años pueden empezar a utilizarse las lentillas?” Si se trata de la anatomía del ojo, los expertos en salud visual afirman que a partir de los 6-8 años un niño ya puede tolerar las lentes de contacto, pero además de la edad, hay que considerar otros aspectos igual de importantes como el carácter o el estilo de vida de cada menor, por eso es fundamental estudiar cada caso de manera individual.
Por otro lado, en un cuestionario sobre el estilo de vida realizado tras el informe CLIP, los padres dieron una alta calificación a las lentes de contacto como opción para corregir los defectos refractivos, así como a la capacidad de sus hijos para usar de manera responsable las lentillas.
Considerando estos datos, la siguiente pregunta que habría que responder es “¿Está mi hijo preparado para llevar lentes de contacto?” Como ya hemos comentado, más que la edad, es una cuestión de personalidad. En muchos casos, si necesitamos adaptar Orto K para un niño más pequeño, podemos enseñar a los padres y que sean ellos los que inserten y quiten las lentes, ya que pueden hacerlo siempre en casa y, de esta manera, el control parental es más fácil. Por lo general, si un niño acepta la responsabilidad de forma voluntaria, es disciplinario con sus rutinas y cumple con las normas básicas de higiene personal sin necesidad de que tengas que recordárselas a diario, es un buen candidato para llevar lentes de contacto.
El único método para frenar la miopía: las lentillas Orto K
La ortoqueratología o lentes Orto K, que está ganando el favor de miles de padres de niños miopes, no solo sustituye al uso de gafas o lentillas, por otro lado, es un eficaz método de control de la miopía, que consigue ralentizar su aumento en un 32–63%. Aunque tendemos a pensar que la miopía infantil es una condición del desarrollo, la realidad es que es una enfermedad que puede controlarse si se trata en edades tempranas. Y, aunque las gafas y las lentillas sirven para corregirla, no tienen ningún efecto preventivo en la progresión de la misma. Las lentes Orto K, en cambio, sí. Al utilizarse durante el sueño, hacen que la capa más externa del ojo se adapte suavemente a la forma de la lente. Este cambio de curvatura que se produce en el ojo apenas es perceptible, no causa ninguna molestia y, sin embargo, es suficiente para que tras horas de sueño el ojo se haya adaptado perfectamente. De esta manera, permite que durante el día un niño pueda tener una visión totalmente normal, a la vez que previene el aumento de su miopía.
Una de esas madres que ha elegido la ortoqueratología es Elizabeth Kao, autora del blog Motherkao, donde relata la experiencia de su propio hijo de 8 años. Tras una vida sufriendo la miopía tenía claro que no quería que su hijo pasase por lo mismo y que su bienestar era lo único fundamental: «Cuando me enteré de que existía este método y que podría haber sido mi solución para ver bien de niña, me hizo «gritar» a mi madre”, cuenta en el blog. “Mamá, si te hubieras enterado de esto, yo habría vivido mucho mejor». No estaba segura de si esta era una buena solución para mi hijo, porque le encanta frotarse los ojos. O si sería una molestia a la hora de despertarse para un niño que se prepara en tan solo cinco minutos para ir al colegio. Hasta que hablé con tres de mis primos que la venían usando desde hace 20 años, y me contaron cómo les había liberado, haciendo su vida más fácil y controlando su miopía durante todos estos años».
Según la Asociación de Optometristas, la ortoqueratología es el medio no invasivo más indicado para desacelerar la progresión de la miopía y otros defectos visuales en niños en edad escolar. La razón es que, cuando se aplica este tipo de tratamiento en un ojo aún en desarrollo, el desenfoque periférico que genera el moldeo disminuye el estímulo para el crecimiento axial del ojo que conlleva el aumento de la miopía. Es decir, con el uso de lentes orto K, se puede llegar o corregir o reducir el aumento de la miopía. En el caso de la hipermetropía puede corregir entre 0,5 y 4 dioptrías en adultos.
Consejos para padres de niños que usan lentillas
Desde Avanlens, centro especializado en contactología avanzada, recomiendan:
- Asegúrate siempre de que sus manos están limpias antes de la manipulación.
- Tus miedos no pueden condicionar la decisión de utilizar lentillas o no. Piensa en qué es lo mejor para él, en función de sus necesidades visuales, su actividad diaria y, en definitiva, su estilo de vida.
- Evitar el uso de las lentillas en la piscina o la playa. El agua o la arena puede incorporar microorganismos que fomentan el riesgo de infecciones. En el caso de las lentes Orto K, estos riesgos se evitan ya que solo se utilizan durante las horas de sueño.
Las lentes Orto K están indicadas a partir de los seis años, ya que resultan un método muy práctico para poder disfrutar de la libertad que no aportan ni las gafas ni las lentillas tradicionales. Además, evitan los problemas estéticos, las pérdidas o roturas.
Recuerda que, para especialidades contactológicas como Orto K, lentes esclerales o queratocono debes acudir a especialistas cualificados. Si resides en Madrid o en otras ciudades cercanas como Toledo, Segovia, Valladolid o Salamanca, llámanos y podrás concertar una cita.