Es normal que con el uso y el paso del tiempo nuestro coche vaya sufriendo algunas averías o bien por incidentes derivados del mal uso o de la mala conducción. En muchos casos, si detectamos problemas o pequeñas averías que afectan al funcionamiento de nuestro vehículo, lo mejor es acudir cuanto antes a un taller mecánico para que el problema no crezca y la solución sea rápida, sencilla y barata.
A continuación, vamos a presentar algunos de los problemas y averías más habituales en los coches para que sepas cómo detectarlos y por qué deberías acudir a un mecánico de buena reputación en el sector.
Rotura y agrietamiento de cristales y lunas
Este tipo de incidente relacionado con nuestro coche, no suele ser el más habitual y mucho menos por desgaste. En algunos casos, por incidentes meteorológicos como grandes granizados, puede darse que nuestros cristales reciban algún golpe y estos se deterioren.
Aunque lo más habitual es que los problemas relacionados con la rotura de las lunas se deban al vandalismo, sea cual sea el caso, hay que acudir a un profesional que pueda realizar una sustitución de lunas, ya que el tráfico con este elemento de nuestro vehículo deteriorado puede suponer un gran peligro para el conductor y para el resto de pasajeros y conlleva a multas por parte de los agentes de tráfico.
Averías en el motor
Este componente del coche es uno de los más importantes, ya que de él depende el funcionamiento del mismo. Se trata de uno de los componentes más caros y cuya reparación además, incrementa el coste total debido a la dificultad de manejo e instalación por parte de los profesionales. En muchos casos, problemas con esta pieza pueden derivar en otras averías relacionadas con el embrague, ya que es una pieza que se encarga de transmitir el movimiento del motor a la caja de cambios y está, a las ruedas.
La señal más alarmante de que nuestro motor no se encuentra en perfecto estado suelen ser ruidos cuando el motor está apagado o bien que deje de funcionar cuando el coche está en movimiento. Si detectas alguna de estas alertas, acude cuanto antes al mecánico porque en un principio puede ser problema del embrague y que este no se extienda al motor.
Cambio de la correa de distribución
Esta pieza es la que se encarga de sincronizar el funcionamiento con el motor. Su rotura puede provocar una de las averías más graves, ya que el motor podría seguir funcionando y puede repercutir en una avería general de todo el vehículo. Esta pieza debe ser sustituida cada 5 años o bien cuando nuestro coche haya realizado tramos de desplazamiento de entre los 80.000 y los 120.000 kilómetros.
Sustitución de las pastillas de frenado
Este componente es uno de los más importantes a la hora de la seguridad del vehículo, ya que es el que se encarga de disminuir la velocidad hasta que éste quede en reposo. No es solo importante a la hora de realizar pequeñas maniobras, sino que un desgaste de las pastillas de frenado y su funcionamiento ralentizado puede suponer una lenta reacción ante necesidades de frenado rápido como pueden ser posibles choques con otros vehículos.
Se trata de una de las reparaciones más económicas y que normalmente se lleva a cabo en alguna de las revisiones anuales de tu vehículo, ya que es uno de los elementos que los mecánicos revisan siempre debido a su gran importancia.
Estas son tan solo algunas de las averías más comunes o de las que tenemos que estar más alerta para que nuestro vehículo no nos suponga un gasto extra difícil de abordar. Cuando realicemos la ITV de nuestro vehículo, nuestro mecánico nos recomendará las reparaciones que podemos hacer para que la vida de nuestro vehículo sea más larga, más allá de las obligatorias para poder seguir circulando con él.