Establecer unos óptimos parámetros de solvencia económica puede ser una verdadera odisea si no damos uso a los recursos financieros adecuados. Por fortuna, esto se presenta como un cometido realmente sencillo en la actualidad, siempre y cuando, analicemos qué servicios han llegado a nuestras vidas en plena era digital. Los bancos virtuales, las plataformas colaborativas para compartir gastos o incluso las entidades de préstamos no bancarios, son algunos de los más destacados. Diferentes factores que se pueden adaptar a cualquier necesidad, blindando así nuestra tranquilidad en la rutina cotidiana.
Las ventajas de los nuevos bancos digitales
Los bancos digitales han llegado para trastocar los esquemas de lo que creíamos saber sobre las instituciones tradicionales. Hoy en día es posible contratar tarjetas virtuales que, sin tan siquiera la necesidad de tenerlas en formato físico, nos traerán todo tipo de beneficios. Fazil es un buen ejemplo de ello y cada vez son más las personas que dan el salto a este neobanco.
Hasta la fecha, los bancos nos han obligado a asumir gastos innecesarios. Tener que pagar por sacar dinero, perder en los cambios de moneda o las comisiones de mantenimiento de la cuenta, son algunos de los más evidentes. Sin embargo, con Fazil esto no ocurre así, sino que disponemos de un servicio gratuito con el que podemos ir gestionando todo nuestro capital desde la comodidad de un dispositivo móvil.
Además de las ventajas económicas asociadas a esta compañía, hay que hablar de su firme apuesta por la seguridad. Fazil emplea protocolos de última generación, para que los ciberdelincuentes no actúen en nuestra contra, garantizando así que no sufrimos estafas o robos en ningún caso. Como puedes ver, se trata de una auténtica revolución que no podemos seguir pasando por alto.
Comparte tus gastos cotidianos con otras personas
La amplia cantidad de gastos mensuales que asumimos es un condicionante radical de nuestros parámetros de solvencia. La luz, el agua, el gas y, ahora, las plataformas digitales: parece prácticamente imposible tenerlo todo en estos tiempos de crisis. No obstante, con Sharingful nos ha llegado una solución efectiva para este último apartado, pudiendo compartir así el coste de las suscripciones virtuales.
Netflix, HBO Max, YouTube Premium, Spotify o Disney Plus, son algunos de los servicios de streaming más destacados en la actualidad. Cada uno de ellos nos obliga a asumir un pago mensual para utilizarlos con libertad y, si los sumamos todos, la cifra total es abrumadora. Puesto que vivimos en la era de no renunciar a nada, Sharingful ha cobrado una especial relevancia.
Hablamos de una plataforma colaborativa en la que nos sumamos a los planes de otras personas para, por grupos, compartir el coste de dicha suscripción. De este modo, en lugar de pagar el precio completo del servicio en cuestión, asumimos tan solo una parte del valor real, un ahorro sustancial para que incrementemos la solvencia a final de mes.
La financiación bancaria pierde fuerza
Al igual que sucede con los neobancos digitales, las entidades de crédito especializadas en la financiación no bancaria se han posicionado como una novedad de lo más relevante. La inflación ha supuesto una verdadera traba a la hora de hacer realidad nuestros proyectos de alto coste, como es el caso de la promoción inmobiliaria; pero, con estas instituciones, todo se ha vuelto a simplificar.
Con la financiación privada para empresas, por fin disponemos de un crédito de gran cantidad, sin la necesidad de asumir condiciones abusivas. Además, la propia concesión del préstamo se puede resolver con mayor eficiencia, recibiendo así el capital para arrancar con nuestro negocio lo antes posible, sin atrasos ni letras pequeñas.
Tal es el furor que ha despertado este servicio, que hasta el 30% de las empresas en España ya se financian por vías alternativas a los bancos. Un contexto que está solo en sus primeras fases, puesto que todo apunta a que en los meses venideros de crisis económicas, las entidades privadas van a ser la solución a los problemas de muchas corporaciones.