Hoy en día son cerca de 171 países quienes han firmado el conocido Tratado de No Proliferación para Armas Nucleares. Antes de 1970, cuando quedo en vigencia, Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Rusia y Francia contaban con armas nucleares, y Pakistán, India e Israel, que no son parte del Tratado desde hace años, las han ido desarrollados.
El tratado funcionó como un pilar esencial en materia de usos prácticos y pacíficos, donde su elemento importante es fortalecer las capacidades de crecimiento y desarrollo energético de los países que son parte el tratado.
Aunque la catástrofe de Chernobyl (Ucrania), en 1986, y la más actual de Fukushima (Japón), en 2011, han dado mucho que pensar a los expertos y los dirigentes de este programa, donde también se vieron preocupados por otros accidentes por ejemplo la fuga radiactiva de Three Mile Island en E.E.U.U. en 1979, donde quedo siendo un foco peligroso dando a conocer que el desarrollo de la energía nuclear puede sobrellevar a la humanidad y el ambiente grandes consecuencias.
Aunque expertos indican que lo nuclear no es peligroso, si es manejado correctamente y fundamentado en los accidentes mencionados anteriormente es como alegar que la navegación es riesgosa porque el Titanic se hundió, por eso que todo depende de cómo se maneje y para que fines se use.
Se pide la toma de seguridad
Por lo tanto, el tema de la seguridad es concentrado en muchos países, en especial con relación a las posibles fugas o accidentes radiactivos. En América Latina, dos de las tres latas nucleares se encuentran a 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, donde se encuentra una gran parte de la población. Estas plantas nucleares brasileñas están situadas a unos 160 km de Río de Janeiro.
Otro tema discutido son los desechos. Los expertos han dado a conocer preocupaciones ambientales con relación a su disposición concluyente, los defensores de la energía atómica aluden que es un punto clave debido a que vivimos en un cambio climático que ha dejado sus huellas y esta es una energía que no produce dióxido de carbono.
Para Maceiras, indica que la energía nuclear se ubica en la sombra de las armas nucleares. Y puede que detrás de una planta eléctrica existan otros fines ocultos.
Esto se especula por la situación política en Medio Oriente, donde hay países acusados por Occidente de estar fabricando armas nucleares; usando plantas nucleares, pero igualmente es importante, debido a que las potencias nucleares no excluyen las armas nucleares que prometieron dejar de lado hace unas cinco décadas.