Es difícil elegir un cuidador para un ser querido que sea mayor y a quien se deje solo en casa con esta persona. Por eso y para evitar preocupaciones, lo mejor es confiar en una empresa de asistencia domiciliaria. Ellos se encargan de hacer las entrevistas, seleccionar a los que hacen este trabajo con ancianos y vigilar la calidad del servicio.
Cuando se trata del cuidado de personas mayores lo mejor es contar con personas que acompañen al anciano en su propia casa. Esta alternativa (por encima de una residencia) es la mejor para todos.
En primer lugar, para la persona mayor que estará en su ambiente, cómodo, con sus pertenencias y no en un lugar extraño que le es ajeno.
En segundo término, la familia podrá estar tranquila sabiendo que hay un solo cuidador a cargo de su ser querido y no de un conjunto de ancianos. Ese trabajador se encargará única y exclusivamente de ese anciano por todo el tiempo que esté con él.
Por otra parte, el cuidador se sentirá más a gusto y hará su trabajo más óptimamente en un sitio cómodo y confortable para la persona a su cargo y para ella o él mismo.
Cuidadores de personas mayores: qué tomar en cuenta
Para quienes tienen un familiar anciano que no pueden cuidar porque las obligaciones diarias no lo hacen posible, suele surgir la pregunta ¿qué debo saber antes de contratar cuidadores de personas mayores? La respuesta es sencilla: dejar esta selección a una empresa experta que sabe lo que se busca, las necesidades y cómo satisfacerlas. Sin embargo, se pueden seguir estos consejos:
Comprobar la formación académica, experiencia y credenciales
Tan importantes como la experiencia previa y la personalidad del cuidador son las certificaciones que posee y la formación académica y práctica que ha recibido el postulante.
La pericia y la experiencia que aportan al trabajo los cuidadores con credenciales son obligatorias a la hora de cuidar a personas mayores. Se puede optar por asistente personal certificado, asistente de salud en el hogar o asistente de enfermería certificado.
La profesionalización es vital para cuando se busca un cuidador de ancianos. Estos expertos pueden ser capaces de realizar tareas que los cuidadores sin formación no pueden llevar a cabo.
Evaluar las referencias
Se aconseja buscar dos o más fuentes sobre las experiencias anteriores del cuidador. Para ello, se puede recurrir a las referencias personales y profesionales.
Algunas empresas tienen procedimientos que restringen lo que los jefes y los compañeros de trabajo pueden decir sobre sus antiguos empleados, la ley le permite preguntar sobre los trabajos anteriores de sus empleados.
A la hora de dejar a un anciano al cuidado de un tercero se debe preguntar sobre las mejores y peores cualidades del candidato. Con esto se hará una completa comprobación de las referencias y si puede ser contratado de nuevo para el caso particular.
No desestimar la intuición y los instintos
Es muy posible que la entrevista con el posible cuidador haya salido muy bien, que las referencias sean una maravilla y que la carrera profesional y el historial laboral sea más que satisfactorio, pero hay algo que no termina de encajar.
Aunque todo parezca estar en orden sobre el papel, contratar a determinado cuidador puede no ser la mejor opción para el anciano y su familia. Si el instinto y la intuición dicen algo que el currículo y las referencias no muestran, lo mejor es confiar en ese sexto sentido y buscar otro candidato.
Consultar a un familiar o amigo cercano
Si es posible, se debe involucrar a su ser querido en el proceso de toma de decisiones antes de contratar a un cuidador de ancianos.
La entrevista inicial puede ser escuchada por un ser querido o un amigo cercano. Además, estos podrían también hacer preguntas y ofrecer variadas ópticas que una sola persona no puede tener.
Hay que tomar en cuenta que esa persona se ocupará del ser querido. Es decir, tendrá en sus manos el cuidado de una persona especial, que, en muchos casos, no puede valerse por sí misma.