La grasa visceral es aquella que se encuentra en la cavidad abdominal pero muy por debajo de la piel. En general, se acumula dentro y alrededor de órganos como el estómago, el útero o el páncreas.
Las causas de la acumulación incluyen hábitos alimenticios poco saludables y estilos de vida sedentarios, así como otros factores genéticos y hormonales. Incluso con el estrés. Sin embargo, al hacer cambios en la dieta y la rutina de ejercicios, se puede combatir y evitar el exceso de esta grasa.
¿Qué es la grasa visceral, exactamente?
El cuerpo tiene varios tipos de grasa. Estos son los siguientes:
Blanco: algo que se acumula debajo de la piel. Aunque funciona bien como reserva, también puede tener una influencia psicológica negativa, especialmente en las personas obesas.
Marrón o parda: su finalidad es ayudar a mantener una temperatura ideal.
Beige: Son las mismas células grasas blancas que, en algunos casos, se comportan como marrones por la acción de algunos estímulos.
Por otro lado, existe la denominada grasa, que se localiza específicamente en la cavidad abdominal entre y alrededor de los órganos. El estómago, el útero, el páncreas y los intestinos se encuentran entre los involucrados.
Causas de la acumulación de grasa visceral
Alimentación
Los factores asociados con estilos de vida poco saludables se encuentran entre los primeros. Por ejemplo, una dieta alta en grasas trans, granos refinados y carbohidratos ayuda significativamente a la acumulación de tejido adiposo.
Sedentarismo
Además de la dieta ya mencionada, si hay poca actividad física, los carbohidratos no se utilizan como fuente de energía sino que se acumulan. Y no solo lo hacen por vía subcutánea; también lo hacen visceralmente.
Edad y metabolismo
Otro aspecto que está relacionado es la edad. A medida que envejecemos, perdemos masa muscular mientras ganamos tejido adiposo. El hecho de que el metabolismo y la forma en que el cuerpo quema calorías cambian también se suma a esto.
¿Cómo se combate la grasa visceral?
Adoptar hábitos de vida más saludables puede ayudar a combatir la acumulación de tejido adiposo y, en primer lugar, evitar que suceda.
Dieta
Dos direcciones deben verse afectadas por un cambio de dieta. Inicialmente, reduzca su consumo de azúcares y grasa simples. Para ello, se aconseja sustituir la harina integral y el pescado o las aves antes que las carnes rojas.
Ejercicio
Es necesario incluir una rutina diaria de actividad física. Se recomiendan al menos 150 minutos por semana de ejercicio aeróbico moderadamente intenso como correr, andar en bicicleta y nadar con pesas.
Manejar el estrés
Se sabe que una hormona llamada cortisol aumenta en situaciones estresantes, lo que ayuda a contribuir a la acumulación de grasa visceral. Por ello, es conveniente realizar actividades como el yoga, la meditación y la relajación.