El sistema inmunológico ha sido estudiado desde hace muchos años y hay infinidades de estudios que nos demuestran la influencia de los sentimientos y emociones en este sistema de protección humano. Estos hallazgos fueron presentados en un estudio (Rein, G Atkinson, M., McCraty, 1995).
Las emociones negativas pueden debilitar su sistema inmune
En esta investigación, quisieron evidenciar cómo 5 minutos de una mala emoción o acción desagradable, afecta directamente la fortaleza del sistema inmunológico. También evidenciaron que los daños cardiacos proceden de un desequilibrio emocional por medio de emociones negativas, y es capaz de alterar el funcionamiento del sistema inmunológico.
Para demostrar la evolución del sistema inmunológico, durante el estudio se evaluaron a las personas que experimentaban diferentes emociones y durante las seis horas posteriores, tomaron muestras de Inmunoglobulina salivar, un tipo de anticuerpo presente en las mucosas y que son la primera defensa al tracto respiratorio y gran parte del sistema gastroinestinal y urinario.
En criterios generales, los niveles elevados de inmunoglobulina A, se relacionan a una menor vulnerabilidad a contraer infecciones respiratorias.
Estos investigadores hallaron algo interesante, deduciendo que estar rodeados por lo menos 5 minutos de emoción agradable con el mundo social, generaba un incremento de la inmunidad que puede perdura hasta 6 horas.
Cinco minutos de enojo, causaba una reducción de la inmunológica, efecto que duraba 6 horas. Por lo que esas personas se encontraban más expuestas a las infecciones en diferentes partes del cuerpo.
Este estudio dedujo que las emociones desagradables y muy intensas, deprimen drásticamente el sistema inmunológico.
Se considera que esta es la mejor forma de comprender cómo las emociones intervienen en nuestro cuerpo. La conexión entre nuestro medio emocional y el cuerpo, es de resultado instantáneo y completamente directo sobre nuestra salud.
Regulación emocional y salud
Estos efectos hacen reflexionar sobre algo interesante y es la necesidad de vivir diariamente con emociones restauradoras como la compasión, la alegría, gratitud, esperanza, y sobretodo el amor. Los budistas desde hace milenios consideran que esas emociones son indicios de una buena salud y longevidad.
Esto no quiere decir que no estemos expuestos a emociones desagradables ya que es algo inevitable en la vida diaria, pero en realidad esto nos roba la energía. Emociones como la tristeza, el enfado, frustración y hasta el miedo, son necesarias para la supervivencia. Pero es significativo que esas emociones sean reguladas para disfrutar de buena salud. Con solo 5 minutos de alegría y relajación puede mejorar y fortalecer el sistema inmune hasta por 6 horas consecutivas.