Se trata de un aspecto muy importante que las empresas tienen que atender, ya que, gracias a este tipo de auditorías, se puede llevar al día toda la documentación relacionada con la contabilidad de la entidad, haciendo una exhaustiva revisión de la misma y la posterior verificación.
Es evidente que, dentro de una empresa, son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta con el fin de que la entidad vaya viento en popa y no haya ningún tipo de problema. Dentro de las muchas tareas que se deben llevar a cabo en el día a día, tener controlada la parte financiera del negocio es una de las cosas más importantes.
En este sentido, realizar una auditoría de cuentas anuales es esencial, entendiéndose como tal al procedimiento a través del cual, se revisan y verifican todos los documentos que tienen que ver con la contabilidad dentro de esta área. Este documento tiene como principal objetivo dictaminar todas las cuentas anuales de un negocio, para que quede bien reflejada la situación financiera del mismo y que esta se haya regido por los principales de contabilidad establecidos.
Habitualmente, los profesionales que se dedican a llevar a cabo esta tarea, no solo se encargan de elaborar el informe correspondiente, también asesoran y ofrecen un servicio personalizado, en función de las necesidades del cliente y del tipo de actividad que desarrollen en la empresa. Hay que decir que este tipo de documento es esencial en las entidades para demostrar la fiabilidad y transparencia en el terreno económico, de ahí su importancia en la actualidad.
¿Qué más saber sobre las auditorías?
Lo primero que hay que decir al respecto es que esta actividad solo la pueden llevar a cabo auditores profesionales que estén inscritos debidamente en el ROAC, es decir, el Registro Oficial de Auditores de Cuentas. En la actualidad, en España, existen numerosas auditorías que ofrecen este servicio, como es el caso de itg Auditores. Entidad con muchos años de experiencia en el sector que se encargan de realizar auditorías de cuentas anuales con la mayor calidad y a precios muy asequibles.
Además de contar con auditores cualificados, también es importante conocer el momento en el que las entidades están obligadas a realizar este tipo de auditorías. En este caso, hay que decir que las empresas que deben hacerla son aquellas que, tras el cierre de dos ejercicios consecutivos, cumplan, al menos, dos de los tres requisitos que se comentan a continuación.
El primero de ellos es que el total de partidas de activo sea mayor a 2.850.000 euros. El segundo es que el importe neto de la cifra de negocios supere los 5.700.000 euros. Y el tercero, que la media de personal durante el ejercicio que corresponda sea mayor a 50 trabajadores.
Fases de una auditoría
Por norma general, cuando se lleva a cabo este tipo de auditorías en las empresas, estas suelen realizarse a partir de tres fases. En la primera etapa, que se conoce como fase de planificación de auditoría, el profesional que firmará el documento y su equipo realizan la planificación de todos los procesos que se van a llevar a cabo durante la auditoría en cuestión.
Tras esta planificación, llega la segunda fase, que es la de ejecución. En este caso, se aplican todos aquellos procedimientos que se han establecido en la etapa anterior. Finalmente, la tercera fase es la de revisión, donde se comprueban todas las cuentas anuales y se redacta el informe.
La importancia de los auditores
Como se ha comentado, los auditores son los únicos que pueden llevar a cabo esta tarea, presentándose como expertos en contabilidad y registrados en el ROAC. Estos profesionales deben regirse por la Ley 19/1988 del 12 de julio, así como el Real Decreto Legislativo 1564/1989 del 22 de diciembre. De igual modo, deben conocer a la perfección las normas de auditoría internacionales, las normas técnicas y el Plan General de Contabilidad.