Sustituir las calderas de gasoil por una de energía renovable es una opción que muchos están aprovechando en hogares familiares e industrias, por los múltiples beneficios que tiene para el cuidado del medioambiente y para el ahorro de recursos monetarios y naturales.
El uso de la biomasa como fuente de energía limpia, económica y renovable se está haciendo muy popular para calentar los hogares y las industrias. El empleo de quemadores de biomasa, en lugar de los alimentados con gasoil, ayuda al ahorro energético y a disminuir la dependencia de los combustibles de origen fósil que dañan el ambiente.
La biomasa es un material que se emplea como sistema de combustión altamente amigable con la naturaleza, debido a que está formada por materia orgánica reciclada, que puede ser de origen animal o vegetal o transformada por la mano del hombre.
Aprovecha los residuos biológicos
Esta fuente de energía aprovecha material como los restos agrícolas como madera, cáscaras de frutos secos, entre otros desperdicios que se transforman en un productor de energía. Se trata de una manera de darle uso eficiente a material que estaba destinado a la basura. Además, es una opción más económica que emplear carburantes como el gasoil o electricidad.
El pellet, hecho con aserrín prensado, es una de las biomasas más comunes, también se suele usar huesos de aceituna, residuos de poda, entre muchos otros.
Existen tres métodos básicos para transformar la biomasa: por combustión (temperaturas entre 600 y 1.300 °C con mucho aire) para producir calor y electricidad. También existe la gasificación, que consiste en generar una combustión entre 700 y 1.500 °C, con aire u oxígeno para generar combustibles químicos (gasolina o metanol).
A través de procesos bioquímicos se transforman residuos orgánicos, ganaderos o municipales. Estos pasan por una fermentación metánica para producir biogás o una fermentación alcohólica para generar etanol.
Principales usos de la biomasa
Generalmente, la energía que se extrae de la biomasa (bioenergía) se emplea para generar calor por medio de una caldera en el hogar, así como también tiene funciones industriales, para las estufas y hornos.
El uso más popular de esta energía renovable se realiza en los generadores de aire caliente con biomasa que sirven para la calefacción de grandes espacios en hogares, hoteles, fábricas y todo tipo de construcciones. Además, permite tener agua caliente en el hogar o la empresa.
En la industria de cría y producción de alimentos ofrecen múltiples aplicaciones. Favorecen el control de la temperatura en semilleros e invernaderos; el vapor que genera se emplea en el proceso de fabricar piensos para alimentar a los animales de cría. El proceso de calor ayuda en el tostado del café y otros granos, así como en la elaboración de cerveza.
El calor que emite la caldera ayuda a tener los criaderos en una temperatura acorde. El agua caliente y el vapor se utilizan en el proceso de curado y en los mataderos.
La industria textil puede conseguir en las calderas de biomasa un aliado perfecto para ejecutar gran parte de sus procesos de fabricación: ofrece vapor o agua caliente para lavar, tintar, blanquear y no planchar las prendas.
Existen generadores pequeños de biomasa, de diseño simple, ideales para pequeñas naves o talleres, también para terrazas en hostelería. Abarca hasta 300 metros cuadrados con 30 kW de potencia térmica.
En el hogar, las calderas sirven para mantener la temperatura controlada en las diferentes estaciones en el interior de las casas y para aclimatar las piscinas en las épocas frías.
Cómo funcionan
Los generadores industriales pueden abarcar grandes espacios y funcionan de manera automática y segura. Están basados en el uso de poli combustible, es decir, que pueden utilizar pellets, cáscaras de frutos secos, entre otros, con la capacidad de realizar el cambio entre los diferentes carburantes de manera instantánea.
Algunos de estos generadores se instalan para mantener bien climatizadas las granjas avícolas, porcinas o agrícolas, entre otros espacios productivos.
Las calderas de biomasa funcionan igual que aquellas que requieren combustible fósil. Al quemar las astillas de madera o pellets se produce una llama cuyo calor se transmite en un circuito de agua caliente, que se integra al sistema de calefacción.
Aquellas calderas que se instalan en edificios o viviendas tipo chalet deben contar con un contenedor o tolva para almacenar la cantidad de biomasa que va a requerir, debido a que se necesita más energía. El silo, generalmente, no es muy grande y se adapta directamente a la caldera. No hace falta ejecutar obras externas.
Las calderas elevan la temperatura por radiadores, aire o suelo radiante, su potencia puede ir desde 12 kW hasta 5000 kW, según se necesite. Son completamente regulables y muy seguras. Son, sencillamente, las calderas más ecológicas que se pueden encontrar.
Quemadores de múltiples usos
El reemplazo de quemadores de gasoil por los de biomasa se convierte en una decisión inteligente por el precio, debido a que se trata de una energía más barata. Estos quemadores funcionan perfectos en estufas o calderas en sistema de calefacción, además son ideales para cualquier máquina generadora de calor como los secadores industriales, hornos de pizzería o panadería y diversos equipos.
Para aprovechar todas las ventajas de seleccionar un quemador de biomasa durable y de alto rendimiento, sobre todo si es para el uso industrial. Los equipos con quemadores a gas se pueden cambiar por los de biomasa si son independientes. Lo más seguro es acudir a un técnico especializado para que haga la transformación con más seguridad.
Beneficios de la energía natural
Utilizar quemadores y generadores de aire de energía limpia como la biomasa aporta muchos beneficios económicos y ecológicos. En el ámbito del cuidado del ambiente: las emisiones están libres de CO₂, por lo cual ayudan a reducir los gases que contribuyen al efecto invernadero. También, genera ahorros por encima del 50 % en gastos en combustible.
Al tratarse de un material de fabricación nacional, el precio no fluctúa por situaciones políticas o externas, como sí ocurre con los derivados del petróleo. Asimismo, se trata de un tipo de carburante de fácil traslado, lo que lo convierte en una alternativa para los sitios más alejados de los centros poblados.