La ironía es esencialmente la ficción de opinar algo que termina dando un concepto contrario, de manera que solo es efectivo en condiciones comunicativas son muy concretas, y se utiliza con el propósito de no ser directo como tal.
La historia muestra que la expresión de “ironía” tiene su origen en el idioma griego y está relacionado al arte de la oratoria y la elocuencia. Como vemos Sócrates fue uno de los fundadores de este arbitrio verbal expresado durante sus propios debates, discutiendo por primera vez en el Occidente, fundamentado en disputas de la vida en la sociedad. De manera particular, intenta inclinar a los sutilizadores por medio de su procedimiento de instrucción en preguntas irónicas.
En este momento estamos en constante contacto con este arbitrio lingüístico, igualmente se encuentra cabalmente incorporado a nuestra capacidad explícita, incluso los niños hacen uso del habla irónica, y la usan muy bien.
Parecido a la ironía existe otra forma de expresión: el sarcasmo, que es esencialmente una burla mediante la ironía: en vez de pensar negativamente a alguien, este lo considera de manera positiva para que los demás piensen que, comprensiblemente, se fundamentó de una crítica oculta.
Para indicar la ironía escrita se hace mediante los signos de exclamación, uso de paréntesis o las comillas.
Es significativo no confundir el sarcasmo con la ironía, gracias a que éste tiene una intención más burlona y agresiva, aunque suele ser involucradas por sus semejanzas.
La ironía ha sido empleada por muchos pensadores, escritores, literatos, filósofos, científicos y artistas de todo tipo, y aún sigue siendo expresiones que han quedado a modo de expresiones populares.
Características de la ironía
Hace que las personas tengan sentido del humor y relajación dentro de las conversaciones.
Brinda la posibilidad de expresar sin tener que inventar algo explícito y probablemente agresivo. Hasta cierto punto, la ironía bien manejada es una herramienta fundamental para vida en medio de la sociedad.
Suele ponderar algo, para dar a entender los que sucedió lo contrario: la ponderación es lo que menos mueve la desconfianza para el oyente, que apresuradamente comprenderá el propósito irónico opuesto.
Pueden permitir cualidades positivas y confrontar con sus propias condiciones, que resaltan por su negatividad, cuando la realidad desea establecer una colación al hablante.
Este indica que algo es un sarcasmo cuando el propósito real se integre en la vida de alguien, habitualmente de manera adversa o incluso trágica, y ocurre lo contrario.