Las comunidades de vecinos tienen algunos servicios y espacios que gestionar en común, aunque existen muchas donde prima la buena vecindad, también es cierto que existen diferentes factores que pueden desembocar en conflictos. Y es ahí donde se requiere la figura del administrador, que además de sus conocimientos jurídicos y fiscales, tendrá la tarea de mediar y hallar soluciones.
Si hay algo que ha quedado claro entre la mayoría de propietarios de una comunidad de vecinos, es que lo mejor es jugar la carta de la neutralidad en la gestión de los conflictos y de recursos comunes, ya que eso evitará suspicacias y, además, ofrecerá mejores garantías jurídicas y fiscales, tanto en relación con las cuentas, como con la legalidad de los acciones que pueda llegar a emprender la comunidad. Al mismo tiempo, no privará al propietario de su participación en la comunidad, ya que esta seguirá existiendo y teniendo poder de autogestión, pero, sin duda, será un servicio que avalará las decisiones tomadas en las juntas y reuniones informativas, y llevará un control exhaustivo de las cuentas y la gestión de la finca.
Todas estas razones han llevado a multitud de fincas a contratar el servicio de un administrador de comunidades de vecinos y, tras haber tomado la decisión, han visto mejoradas las relaciones vecinales, así como resueltos algunos escollos que llevaban tiempo complicando la convivencia. Y es que, en estos casos, aplicar la ley, las capacidades de mediación y el sentido común desde una perspectiva neutral, ofrece seguridad y confianza al conjunto de convivientes.
Por eso, son muchas más las ventajas que los inconvenientes, y gracias a la regulación de la profesión a través de los Colegios Oficiales, los propietarios pueden contar con garantías de que el administrador cumplirá con el cargo que se le otorga, a través de toda la titulación que marca su órgano máximo de representación.
Ventajas de contar con un administrador en la comunidad
Como se ha visto, son múltiples las virtudes que conlleva la contratación de esta figura, por eso, pongamos el ejemplo de que se necesita el asesoramiento de administradores de fincas Huelva. En este caso, lo que tendrá que hacer la comunidad es elegir a uno de los profesionales colegiados en esa provincia y formalizar un contrato. Una vez que este acto se haya formalizado, estando de acuerdo el conjunto de vecinos afectados por los estatutos de la comunidad, ya habrá administrador. Este, por tanto, podrá comenzar a hacer su trabajo en favor de los vecinos y vecinas.
Si hay una ventaja llamativa para la comunidad, sin duda, es que con la gestión de un administrador se podrán reducir los gastos de la comunidad. Esto es así, ya que una de sus tareas es negociar precios con los proveedores y así obtener ofertas más ventajosas del mercado. Eso, consecuentemente, hará que mejoren las cuentas comunitarias, lo que implicará una alegría para los propietarios. También será más fácil acceder a subvenciones públicas para dotarse de elementos, mejoras o rehabilitaciones vitales para los edificios; al mismo tiempo, será el encargado de realizar las tramitaciones y contrataciones en todos los términos legales establecidos y eso generará tranquilidad en los propietarios.
Principales funciones de los administradores de fincas
Todo lo anterior ha dejado claro las ventajas que supone la contratación de la figura de estos mediadores de comunidades vecinales. Sin embargo, existe otro apartado a tener en cuenta y tiene que ver con preguntarse cuáles son las funciones principales de estos profesionales.
Siguiendo el ejemplo anterior, una comunidad de vecinos acudirá a un equipo de administradores de fincas Matalascañas con el fin de contar con los servicios obligatorios que estos deben ejecutar, entre ellos, estará el de adoptar las medidas oportunas para preservar los bienes y el funcionamiento correcto de los servicios de la comunidad. Asimismo, un buen administrador trabajará para que los propietarios cumplan, debidamente, con todas sus obligaciones, haciendo valer el principio de igualdad. Respecto a tareas más administrativas, propiamente dichas, será el que elabore las cuentas anuales de cada ejercicio, así como el presupuesto para el presente; y también tendrá la obligación de ejecutar los acuerdos adoptados en las juntas de propietarios, y ser el encargado de los cobros y pagos preceptivos.
Para finalizar, resumir que los administradores tienen una amplía tarea que realizar en favor de los derechos y deberes de las comunidades de vecinos. Es por ello que también se encargará de tomar decisiones vitales como la ejecución de obras de conservación y reparación de carácter urgente, previa comunicación a la presidencia. Del mismo modo, también con el beneplácito del presidente o presidenta, deberá abonar los gastos urgentes que deban financiarse con el fondo de reserva. Por eso, siempre es bueno contar con esta figura, para mantener una convivencia equilibrada, con garantes fiscales y legales.