El cuidado y mantenimiento que debes darle a tu lavadora para que dure más
Tener una lavadora en casa es una verdadera ayuda: ahorra tiempo, esfuerzo y hace que tu ropa siempre esté impecable. Pero, como todo electrodoméstico, necesita cuidados. A veces la usamos tanto que olvidamos que también requiere limpieza, revisiones y un uso responsable.
Si has notado que tarda más en lavar o que la ropa ya no sale tan limpia como antes, puede que sea momento de darle un poco de atención. Ten en cuenta que mantenerla en buen estado prolongará su vida útil y te evitará gastos innecesarios en reparaciones o reemplazos prematuros.
Limpieza interna: la clave para evitar malos olores
Con el tiempo, el jabón, el suavizante y la suciedad de la ropa se acumulan dentro del tambor. Esto puede provocar malos olores e incluso manchas en tus prendas. Una vez al mes, haz un ciclo de lavado sin ropa usando agua caliente y vinagre blanco o un limpiador específico para lavadoras.
Eso eliminará los residuos y desinfectará el interior. Además, no cierres la tapa o puerta inmediatamente después de usarla: deja que se ventile para evitar la humedad y el moho.
Cuida el filtro y las gomas
El filtro es uno de los elementos más olvidados y uno de los más importantes. Es el encargado de atrapar pelusas, cabellos o pequeños objetos que se desprenden de la ropa. Si no lo limpias regularmente, el agua no drenará correctamente y la lavadora podría dañarse. Lo mejor es revisarlo una vez cada dos o tres meses.
En cuanto a las gomas del tambor o de la puerta, límpialas con un paño húmedo y un poco de vinagre. Allí suele acumularse suciedad o moho, especialmente en lavadoras de carga frontal. Este sencillo hábito previene fugas y mantiene el interior libre de malos olores.
Usa la cantidad justa de detergente
A veces pensamos que usar más detergente dejará la ropa más limpia, pero ocurre lo contrario. El exceso de jabón genera residuos que se acumulan en el tambor, las mangueras y el motor, afectando el rendimiento de la máquina.
Usa nada más que la dosis recomendada por el fabricante, especialmente si usas detergente líquido o cápsulas. Igualmente, es importante elegir un detergente adecuado para tu tipo de lavadora (automática, semiautomática, de carga frontal o superior).
No sobrecargues tu lavadora
Este es uno de los errores más comunes. Llenarla al máximo puede parecer eficiente, pero sobrecargarla daña el motor, el tambor y el sistema de suspensión. Asimismo, la ropa no se lava correctamente porque no tiene espacio para moverse.
Intenta siempre dejar un poco de espacio libre dentro del tambor. Si tienes mucha ropa acumulada, divídela en dos ciclos; tu lavadora te lo agradecerá y tu ropa saldrá mucho más limpia.
Verifica las mangueras y conexiones
Las mangueras que conectan el agua a la lavadora suelen pasar desapercibidas, pero con el tiempo pueden deteriorarse, agrietarse o soltarse. Una fuga de agua puede causar daños en el piso e incluso en el motor. Revisa que las mangueras estén bien ajustadas y sin signos de desgaste.
Lo mejor es reemplazarlas cada dos años, aunque parezcan estar bien. No olvides verificar que la lavadora esté nivelada, ya que las vibraciones excesivas pueden aflojar las conexiones.
Deja que descanse
Quizás parece una tontería, pero las lavadoras necesitan un respiro. Si haces varios lavados seguidos, deja pasar unos minutos entre uno y otro para que el motor se enfríe. Eso evita sobrecalentamientos y disminuye el desgaste de las piezas internas.
Programa un mantenimiento preventivo
Así como llevas tu coche al taller, tu lavadora también se beneficiará de una revisión profesional de vez en cuando. Un técnico puede detectar fugas, revisar el motor y asegurarse de que todo funcione correctamente antes de que aparezcan fallos graves. Hacer un mantenimiento una vez al año es suficiente para mantenerla en óptimas condiciones.



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