El mantenimiento de una casa implica una serie de tareas esenciales destinadas a garantizar la longevidad de sus materiales y prevenir posibles accidentes derivados del deterioro de las instalaciones. En ese sentido, es esencial disponer de un seguro de hogar que proteja económicamente y jurídicamente al propietario y su familia ante cualquier imprevisto. Además de esta garantía, hay otras acciones que se pueden realizar de forma particular para conseguir una máxima durabilidad del mobiliario, así como encontrar el espacio idóneo para disfrutar de cada día.
Este proceso abarca tanto el interior como el exterior de la casa, y requiere una atención continua hacia determinados aspectos que son esenciales para el confort. Los sistemas de calefacción en invierno o de aire acondicionado en verano, el estado de las cañerías y de los cerramientos, el apartado eléctrico o la situación de las paredes son puntos esenciales que no se pueden pasar por alto en estas labores. Quien resida en el campo o cuente con zonas ajardinadas, debe prestar mucha atención a la evolución de las raíces de los árboles, pues pueden dañar la estructura del inmueble.
Las ventajas del seguro
La revisión del estado de la vivienda es crucial para anticipar problemas y mantener un entorno seguro. Sin embargo, la complejidad de estos aspectos puede dificultar el seguimiento constante. A pesar de realizar un mantenimiento diligente, siempre existen imprevistos, desde problemas con electrodomésticos hasta posibles daños a los vecinos. En estos casos, contar con un seguro especializado proporciona una capa adicional de protección, aunque el mantenimiento adecuado sigue siendo fundamental para una vida tranquila.
Confianza en profesionales
Es importante recordar que algunas tareas deben ser realizadas por profesionales especializados, como la manipulación de cuadros eléctricos sin conocimientos eléctricos. No obstante, hay labores de mantenimiento más sencillas que los propietarios pueden llevar a cabo y anticiparse así a posibles problemas.
Interior: vigila cada detalle
En el interior de la casa, surgen muchas necesidades específicas, como la inspección anual del estado de las paredes que tiene el objetivo de detectar signos de humedad o manchas sospechosas que puedan indicar problemas estructurales. Pintar las paredes con pinturas antihumedad y lavables, apretar tornillos en muebles o cambiar los filtros de aires acondicionados y de las campanas extractoras son acciones muy importantes que contribuyen a alargar la vida útil de estos elementos.
En baños y cocinas, la revisión periódica de cañerías y la prevención de atascos con productos específicos son también tareas esenciales. Por otro lado, aquellos problemas eléctricos, como enchufes con conexiones defectuosas o luces intermitentes, deben abordarse rápidamente para evitar males mayores. En todos los casos, es recomendable realizar una revisión de la póliza del seguro, a fin de revelar servicios extra para tareas de mantenimiento.
Exterior: la importancia del jardín
La limpieza de techos y desagües fluviales es esencial para evitar obstrucciones que podrían generar problemas mayores, mientras que la inspección regular de tejas ayuda a prevenir goteras y filtraciones. Durante los meses más fríos del año, la revisión de burletes en puertas y ventanas, contribuye al ahorro de energía. El jardín, en cambio, debe estar vigilado durante todas las fechas, pues una mala planificación en este sentido puede causar problemas. Todo suma, a nivel preventivo, para conseguir el mejor entorno de seguridad y tranquilidad en el hogar.