Tras un largo estudio, la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina en materia de género, Dora Barrancos, dio a conocer el cambio de los estereotipos y como han ido cambiando de la mano de actuales generaciones.
Están modificando la niñez, pero no la instauración de la familia, están modificando la niñez y la adolescencia, pero no las instituciones educativas. Esto ha creado mucha osadía en las actuales generaciones y es preciso entonces la evolución de la malla curricular de las entidades educativas con el fin de hacer de la ciencia una mejor rama, aquellas que se vea como más duras y ariscas históricamente para la situación femenina, donde se integren más mujeres.
Para ella esto consigue verse en un estado de compromiso donde se acompaña a las niñas en sus vocaciones desde que inicia la primaria y con la autorización de becas. Es decir, el empleo de políticas públicas que logren dar seguimiento a toda esa práctica disruptivo hasta que existan sucesos idénticos para las mujeres, varones y sus disidencias.
Estereotipos en la ciencia
Se piensa que los estereotipos de género en el medio educativo igualmente se manifiestan en los métodos científicos. Por lo tanto, en América Latina y todo el Caribe las mujeres figuran el 45% del total de empleados de investigación, estos siguen siendo una minoría dentro de las ramas académicas de ciencia, ingeniería, matemáticas y tecnología.
Asimismo, los cargos diferenciados están mayormente dominados por hombres, pero esto ha cambiado el tipo de evoluciones de los métodos científicos y tecnológicos.
Brechas de género atrasan la disciplina neurocientíficas
“Las evaluaciones son orate porque piensan que evalúan a personas iguales dentro de sus posibilidades. Es insensato debido a que una mujer, una ha logrado un desempeño que está dejando una serie de circunstancias y de caracteres al género”
Las actividades de cuidados y de crianza son varias de las barreras que afrontan las mujeres para el desarrollo, ingreso y permanencia en las disciplinas científicas, indica un informe de ONU Mujeres.
Los hombres no tienen ningún condicionante hogareño que aísle su capacidad productiva, a diferencia de las mujeres, ya que deben cumplir con las órdenes inexorables de crianza, cuidar y proteger, pero gracias a la evolución ha habido grandes cambios dentro de la cultura de la convivencia doméstica.